¿Quieres saber cómo hacer que tu aventura en Australia sea un éxito? Sigue leyendo la entrevista a Belén, y entérate de todo.
Australia, supuso para Belén, nuestra miembro del equipo de Marketing y bloggera, encender la llama de la aventura y descubrir cómo ésta te engancha para toda la vida.
Tras ocho meses viviendo en el Down Under, en los que Belén ha aprendido, viajado y disfrutado como nadie, también le ha dado tiempo a caer en la cuenta de que, lo que verdaderamente quiere, es continuar conociendo este gran mundo, perfeccionando el idioma que, según dice, le facilitará el regreso al mercado laboral en el tipo de empresa internacional, del que tanta ilusión le haría formar parte.
¿Por qué te viniste a Australia?
Salir del país siempre había sido mi sueño, pero a pesar de que me concedieron algunas becas, por temas familiares, nunca pude hacerlo durante los años de Universidad. Y como antes de acabar la carrera encontré un buen trabajo, las posibilidades de viajar se redujeron drásticamente. Sin darme cuenta, los años pasaron y aunque tenía una vida muy feliz, seguía teniendo esa “espinita” clavada. Pero, ¿cómo iba a hacerlo? Casa, trabajo, pareja…
Era muy difícil romper con todo eso premeditadamente hasta que de pronto, la vida te da una lección, y lo que tú nunca fuiste capaz de hacer, de pronto sucede por sí solo. Así es que, llegó un momento en que “los planetas se alinearon” para facilitarme todo el proceso e hiciera así realidad mi sueño. Ya no tenía relación, ni preocupaciones de casa, y en mi empresa me concedieron una excedencia, por lo que, tenía el cielo abierto y un millón de ganas de volar.
¿Por qué elegiste este país y no otro?
Al principio, salir del país significaba romper con mi área de confort, pero más tarde, tras varios años trabajando en la que ha sido la empresa que me lo ha enseñado todo, me di cuenta de que sería imposible alcanzar el objetivo que quería conseguir en mi carrera profesional si no tenía un dominio realmente bueno del inglés. Por lo que, el abanico de posibilidades se redujo a los países anglosajones. Durante años había estado investigando a qué país iría cuando las circunstancias lo permitieran: Canadá, UK, USA… pero tengo que decir que Australia jamás estuvo en mis pensamientos hasta días antes de tomar la decisión, cuando hablé con una de mis mejores amigas desde el colegio y me contó que ella venía. Madre mía, en cuanto me lo contó, solo necesité tres días para decidirme a venir con ella. Me informé, investigué y me lo leí absolutamente todo sobre el país, y caí enamorada. Tenía todo lo que siempre había buscado: un visado que te permitiera trabajar, un clima espectacular, buenas escuelas y un ambiente de buenas vibras.
Pero, ¿cómo es que no me lo había planteado antes? Pues no lo sé, supongo que las cosas pasan, cuando tienen que pasar.
¿Lo hiciste a través de una agencia?
Sí, y la verdad es que venir con una agencia fue lo mejor que pude hacer. Todo el proceso se te facilita muchísimo además de la tranquilidad que te da el saber que lo están haciendo profesionales.
Pero no es solo eso, también tienes lo que podríamos llamar, un equipo de soporte para resolver todas las dudas que te vayan surgiendo, porque lo cierto es que en los inicios tienes un millón y muy variadas y nadie mejor para contestar a tus preguntas que alguien que ya haya pasado por lo mismo y que además se dedique a esto.
Pero lo mejor, fue el paquete de bienvenida que como agencia te regalan para que inicies tu aventura con el pie derecho en cuanto pises suelo australiano. Tener una tarjeta SIM, que te recojan en el aeropuerto o que te regalen alguna de tus primeras noches de estadía en un hostel es como un regalo caído del cielo con el que te aseguran sentirte un poco más seguro cuando todo lo demás no lo es.
¿Qué ciudad elegiste y en qué te basaste para decantarte por esa?
Elegí Brisbane como mi nueva ciudad y aunque nunca estuve del todo convencida, tenía mis motivos para venir. Aquí estaba mi agencia y la amiga con la que viviría la aventura, pero con solo buscarla en Google, me di cuenta de que no sería mi ciudad ideal.
Pero solo se trata de un motivo personal y es que, a mí me encantan las grandes ciudades. Cosmopolitas, independientes y anónimas. Yo vengo de una gran capital europea como Madrid, donde las distancias son enormes, casi tanto como sus calles y amplias sus opciones de ocio.
Si bien en mi niñez viví en un pueblo pequeño, en cuanto tuve ocasión y mayoría de edad, me mudé a la gran ciudad que creía encajaría mejor con mi personalidad, y así fue. Quizá por eso, Brisbane se me hizo pequeña. Sin embargo, esto no significa que no tuviese su encanto: el río, sus puentes siempre decorados, la gran noria que enmarca el skyline, los rascacielos, el imponente CBD y todos esos suburbios que rebosan personalidad.
¿Qué viniste a estudiar y con qué objetivo?
Como he comentado al principio de la entrevista, mi objetivo era mejorar el nivel de inglés, por lo que mi opción siempre fue estudiarlo en una buena escuela de idiomas. Cuando llegué, mi nivel era muy muy básico. Con decir que, durante mis primeros días, me ponía la última en la fila de cafetería para escuchar cómo los clientes de delante pedían su café y quedarme con la estructura para poder pedir el mío, lo digo todo.
En la escuela me metieron en el nivel cuatro (de seis disponibles), pero siempre pensé que no fue precisamente un acierto porque, aunque tuviera algunos conocimientos de gramática del colegio, nunca antes en mi vida había tenido que hablar inglés en voz alta, producto de una ley educativa española muy deficiente, en lo que a idiomas se refiere.
Mejoré mucho todas las habilidades en general, pero cada una fue evolucionando independientemente de las otras. Por ejemplo, la escucha mejoró muy rápido con solo ir a la escuela y escuchar a profesores y alumnos, mientras que la escritura y el habla necesitaron más tiempo y más esfuerzo por mi parte.
¿Cuáles son tus planes ahora tras tu experiencia?
Cuando llegué a Australia tenía muy claro lo que iba a hacer cuando mi aventura acabara, pero el camino que toma la vida es a menudo sorprendente. A pesar de tener una excedencia por nueve meses tras los cuales me reincorporaría a mi puesto como si nada hubiera pasado, recuperando mi rutina y mi confort, tras los primeros cuatro empecé plantearme que quizá ocho meses no serían suficientes para alcanzar el inglés cuyo nivel me abriría las puertas del futuro que quería conseguir en mi carrera profesional.
Muchas noches en vela e innumerables conversaciones con mis amigos contribuyeron a que acabara decantándome por proseguir mi aprendizaje. En esta ocasión, cambiaría dos cosas: el modelo de estudio trabajando como au-pair, lo que me brindaría la oportunidad de tener una completa inmersión lingüística y el país de destino para estar más cerca de mi familia.
Así es que, de momento la aventura continúa y la ilusión, se hace cada vez, más grande.
¿De qué has trabajado?
Cuando llegué, tenía tan mal nivel de inglés que me aterraba la idea de salir a buscar trabajo, pero tras mes y medio, auné todo el valor que tenía, que era bastante poco y salí a entregar mis primeros Resumés. Tras tres días y unos 15 CVs entregados, me llamaron de un restaurante. Allí estuve trabajando como waitress y runner durante el verano y las navidades. Aunque fue una época muy estresante por trabajar hasta tarde mientras acudía a la escuela, coincidir en esta época me dio la oportunidad de sacarme un buen dinero al trabajar festivos y horas extras.
Pero lo mejor, vino después, cuando la agencia que me ayudó a venir, me contactó para saber si me interesaba ocupar una vacante en su departamento de Marketing y así fue como entré a colaborar en Mate Education como Marketing Strategy Consultant donde he contribuido en diferentes proyectos y colaborado escribiendo en el blog.
Lo cierto es que me siento muy afortunada por haber podido tener la oportunidad de desarrollarme en mi campo durante mi experiencia en Australia y conocer además otro sector y otro mercado.
Eternamente agradecida a todos aquellos que confiaron en mí.
¿Cuál ha sido tu mejor experiencia o tu mejor recuerdo?
Esta es la pregunta que más les ha costado responder a los estudiantes que he entrevistado, y ahora veo por qué. Elegir solo una es una tarea imposible, pero si tuviera que quedarme con algo, con toda seguridad, serían los viajes que he hecho con mis amigos y esos recuerdos que se quedarán siempre conmigo…
Bañarnos en la laguna más bonita del mundo con un cartel enorme que ponía “cuidado con los cocodrilos”, nadar junto a un tiburón del arrecife en la Gran Barrera de Coral, ver la estrella de mar con el color azul más vibrante que jamás he visto, descubrir un wallaby entre unos matorrales mientras nos hacíamos fotos en uno de los acantilados de la Great Ocean Road, la huntsman que encontramos en la van en la que viajamos, encontrar una caracola nautilus en Fraser Island, tirarme en paracaídas sobre Byron Bay y ver un arcoíris completo desde allá arriba…
Cada momento, cada experiencia, cada recuerdo y todas las personas a las que conocí, con las que lo viví y lo compartí.
¿Qué harías de otra manera?
Si volviese a empezar mi aventura sabiendo todo lo que sé ahora, probablemente trataría de encontrar una escuela que me permitiera mover mi expediente de sede y cambiarme así de ciudad en cualquier momento bajo petición. Este sistema me hubiera permitido probar suerte en mi adorada Melbourne♥.
¿Recomendarías esta experiencia otros?
Con toda seguridad y con todo el corazón. Aquí no cabe la excusa del miedo, no vale procrastinar, no se pierde nada: solo se gana.
Se gana vida, experiencia, madurez. Se gana independencia, conocimiento y el auto-descubrimiento que puede que jamás alcances en tu zona de confort.
Llevarte al límite, te hará fuerte, te hará humilde. TE HARÁ LIBRE.
Belén G.