Una de las barreras mentales que tenemos que superar a la hora de viajar a Australia es, sin duda, el larguísimo viaje que tendremos que realizar. Dependiendo de tu país de origen hablamos de unas 17 si te encuentras en Latinoamérica y en torno a unas 24 volando desde Europa. Eso sí, hablamos de vuelos relativamente directos, con pocas escalas y de esperas cortas. En caso contrario, podríamos enfrentarnos a viajes cercanos a los dos días de duración.
Quizá en este punto ya te estés preguntando quién en su sano juicio se expone a semejante sufrimiento de manera voluntaria. Y la única respuesta que puedo darte es: ¡el espíritu aventurero! que es precisamente aquel a quien las esperas siempre le valen la pena, quien encuentra siempre un sitio para echar una cabezadita, quien nunca se siente solo porque habla con quien quiera escucharle y quien viaja cómodo y ligero por lo que pueda pasar.
Es por todo esto precisamente que podemos aprender mucho de esta figura a la hora de tomar un avión de larga distancia con destino Australia, por ejemplo.
Consejos para sobrevivir a un vuelo interminable con destino Australia
- Zapato ancho o abierto tipo sandalia o chancla. Puede sonar a locura, pero este tip tiene toda su lógica si tenemos en cuenta que vas a pasarte unas 10 horas sentado en la misma posición y sin demasiado margen de movilidad. Esta postura no facilita precisamente el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores, por lo que tus pies y tobillos tenderán a hincharse al cabo de unas horas. Puedes tratar de evitar que ocurra o reducir su efecto haciendo movimientos suaves, repetitivos y continuados de tus tobillos. Sin embargo, en algún momento caerás dormido y es aquí cuando es importante que si llevas zapatos cerrados y más bien ajustados NO te los saques, ya que con toda seguridad no podrás volver a calzarte una vez acabe el vuelo ya que tus pies habrán seguido inflamándose sin remisión. Mientras que, si llevas zapatos anchos o chanclas, podrás mover tus pies más libremente y la sensación de hinchazón no te hará sentir incómodo. Ojo, si eres friolero, ¡únete al club de los horteras y ponte calcetines con tus chanclas! Suspenderás en estilo, pero triunfarás en comodidad.
- Capas y capas de ropa cómoda y calentita. ¿Qué significa esto? Pues bien, cuando viajas durante tanto tiempo, existe la tendencia a sentirse destemplado, es decir, de repente sentirás frío, y de pronto calor. Sobre todo esto ocurre debido a una mala alimentación, falta de sueño, cambios bruscos de temperatura y cuadros de ansiedad o estrés. Por eso, la mejor solución es siempre llevar ropa de quita y pon, de grosor medio que puedas superponer una encima de otra y así regular tu temperatura corporal. En mi caso yo siempre llevo una camiseta de manga corta, una sudadera, una chaqueta vaquera y un abrigo. Así puedo cubrirme más o menos dependiendo de cómo me sienta. Y si tengo mucho calor, la ropa sobrante me puede servir de almohada y manta.
- Tapones y antifaz. Los aislantes del mundo de los vivos te ayudarán a conciliar el sueño según tus biorritmos, aunque sea pleno día. Cuando viajas durante tanto tiempo y además haces escalas largas, tu cuerpo experimentará una sensación de desamparo generalizado cuando no sepa a qué atenerse: la luz de la mañana que indica que un día nuevo comienza o el tremendo agotamiento que siente, síntoma del fin de la jornada. Así pues, si llevas contigo un antifaz podrás simular que es de noche y por consiguiente hora de descansar y así “engañar” a tu sentido consciente. Los tapones son más bien para facilitarte el descanso considerando que los aeropuertos no son los lugares más silenciosos del mundo.
- Pañuelo, bufanda o similar. A veces la luz es demasiado fuerte y entra a través del antifaz. A veces, el aire acondicionado me da en toda la cara aun estando el mínimo. A veces, no tengo donde apoyar la cabeza. A veces, se me quedan las manos heladas. Para todas estas situaciones un pañuelo te puede ayudar ya que podrás utilizarlo para atar y envolver. Y con esto quiero decir, atar cosas o a ti mismo tanto en cuanto quieras unir la mochila a la maleta o envolver tu cabeza con él y sentirte calentito.
- Botella de agua vacía. Una recomendación muy inteligente y responsable es llevar contigo una única botella de agua vacía que podrás ir rellenando por las fuentes públicas de los aeropuertos que visites. Mantenerse hidratado es fundamental en recorridos tan largos pero recuerda que no puedes pasar el control de seguridad de ningún país portando líquidos en continentes mayores a los 100ml, por lo que deberás asegurarte de que está vacía. De este modo ahorrarás dinero al evitar comprar botellas de agua en las tiendas o en el propio avión, pero también contribuirás a la reducción de plástico en nuestro planeta. La comida de uso inmediato está permitida, aunque tendrás que chequear algunos límites de la aduana como por ejemplo la fruta, ya que Australia controla mucho la entrada de algunos frutos y semillas que puedan alterar su fauna y su flora. Incluso, pueden pedirte quitarte los zapatos y limpiar las suelas para evitar que algo de lo mencionado arriba pase la frontera. Pero, por un bocadillo de pan blanco bien envuelto, no deberían decirte nada.
- Bolsillos a montones. Últimamente se ha puesto de moda entre las aerolíneas la reducción del equipaje de mano de dos a un solo bulto, por lo que, los que antes solíamos llevar un pequeño bolsito o riñonera con las tarjetas de embarque, documentación, móvil, power bank, cargador, auriculares y billetera, además de la mochila o maleta más grande con todo lo demás, ahora tenemos que apañarnos con ubicar esas cosas más importantes en compartimentos muy a mano en nuestra vestimenta. Es por esta razón que mi sudadera de viajar tiene bolsillos, así como mis vaqueros, la chaqueta vaquera y el abrigo. Todo viaja conmigo, literalmente. Aun así, otra opción es hacer todo el viaje con un bolsito pequeño que, a la hora de embarcar, puedas estrujar dentro de tu equipaje de mano y pasarlo así al avión. Este tip es de lo más fácil cuando no tienes límite de peso en el equipaje de mano como ofrece Easyjet.
- Datos móviles en el extranjero. Si eres de los que no puede sobrellevar una espera si no es viendo su serie favorita quizá te compense pagar un bono de datos en el extranjero cuando tus escalas sean considerablemente largas ya que, por norma general los aeropuertos solo ofrecen 1 o 2 horas de Wifi gratuito por pasajero. Puedes contratarlo con una tarjeta Lebara a través de su web como International Roaming en el que podrás elegir entre 500MB o 2 GB con 2 o 5 días completos de uso. Yo lo contraté para mi escala de 8 horas en China y me funcionó a la perfección.
- Muda. Ser aventurero no es sinónimo de poco aseado, y más aún teniendo en cuenta los servicios que ofrecen algunos aeropuertos donde incluso podrás hidratarte las manos con su crema a disposición del viajero. Antes de viajar, visita la web de los aeropuertos en los que vas a estar y entérate de todos los servicios públicos y de pago por si te interesara alguno. Encontrarás hasta piscinas para darte un chapuzón.
Dicho todo esto, estás más que preparado para emprender tu primera aventura: embarcarte en el vuelo con el que cruzarás el mundo.
Belén G.